El cáncer de próstata es uno de los cánceres más comúnmente diagnosticados en los hombres, especialmente en los mayores de 50 años. Mientras que algunos cánceres de próstata crecen tan lentamente que es posible que nunca causen síntomas ni afecten a la esperanza de vida, otros son agresivos, crecen rápidamente y pueden extenderse más allá de la próstata, provocando graves consecuencias para la salud o incluso la muerte si no se detectan a tiempo.
La clave para mejorar la supervivencia y mantener la calidad de vida es la detección precoz. Cuando el cáncer de próstata se detecta precozmente y antes de que cause síntomas o se extienda, suele ser tratable, con un abanico más amplio de opciones y mayores probabilidades de éxito.
El cribado es el proceso de detección del cáncer de próstata en hombres que aún no presentan síntomas. Suele comenzar con un análisis de sangre de PSA, que mide una proteína producida por la próstata. En esta aplicación también se explican otras pruebas utilizadas para evaluar la salud de la próstata.
Cuando se utilizan con cuidado, estas pruebas ayudan a los urólogos a detectar el cáncer antes de que esté avanzado. El cáncer de próstata en estadios tempranos no suele causar síntomas perceptibles, por lo que el cribado puede marcar la diferencia. Les permite a usted y a su equipo médico realizar un seguimiento, intervenir precozmente y tomar decisiones informadas, a veces incluso evitar el tratamiento mediante métodos seguros como la vigilancia activa.
Sin embargo, el cribado no es un proceso único. La decisión de iniciar el cribado y la frecuencia del mismo deben basarse en factores de riesgo individuales.
Es importante que hable con su médico para sopesar los posibles beneficios y riesgos del cribado en función de su perfil personal. Un cribado informado y personalizado puede ayudar a detectar precozmente los cánceres peligrosos y a reducir al mínimo las pruebas y los tratamientos innecesarios para los cánceres inofensivos.